martes, 9 de octubre de 2007

Se acabó una croquera


Así, terminando un par de trazos decidí que el dibujo ya estaba listo, no había nada más que hacerle. Entonces di vuelta la hoja para empezar a hacer un nuevo dibujo, pero, la croquera se había terminado.
Cuando una croquera se te termina, en cosa de un segundo, se te pasan todos los dibujos hechos, algo de ti ha terminado y quedado impregnado en las paginas anteriores. Entonces uno no se puede quedar pegado, uno debe ir a la librería y comprar una nueva croquera, dejar morir lo viejo para empezar algo nuevo. Supongo que esa sensación de abandono hacia lo ya pasado es lo que me trae una tremenda nostalgia cuando acabo con una croquera.
Ahora precisamente me encontraba nuevamente ante la inesperada situación de que se me terminaba una croquera nuevamente. Pensé para mi "se me hizo corta, como que no habían suficientes paginas para hacer todo lo que quería", sin embargo me engañaba a mi mismo al decir esto, pues al revisar la croquera me doy cuenta que muchas de las paginas no tenían bien aprovechado el espacio. Algunas eran una hoja completa para un único e insignificante dibujo. Además, como acostumbro dibujar con lapiz pasta, al cometer un error no hay más remedio que achurar, o en algunos casos incluso arranco las hojas. Por eso mis croqueras suelen terminar sin mucho contenido y además más delgadas de como eran cuando comenzaron.
Podría quejarme que una croquera es demasiado pequeña para hacer todo lo que es debido, sin embargo, debo reconocer que a pesar de ser limitadas de hojas, el problema no es lo chica que es la croquera, sino lo mal que aprovecho sus hojas.